Hace 40 años no existía la comunicación política en España. La caída de la dictadura de Francisco Franco abrió las puertas para elecciones libres, partidos políticos legales y campañas electorales.

Pero pronto surgieron leyes en comunicación política para ponerse a la par de la Europa libre de finales de los años 1970, aunque luego la profesionalización se ha inclinado más a la forma de hacer comunicación política en Estados Unidos.

Las leyes para este tema fueron determinantes en el proceso de adaptación a una nueva sociedad democrática. La primera de ellas surgió en 1976 y fungió más bien como una base para la transición.

El decreto del 18 de marzo de 1977, titulado 20/1977, apareció tres meses antes de las primeras elecciones libres desde la década de 1930 y dictaba las normas regulatorias de esos comicios.

Principal ley en comunicación política: LORE 

Pero la que determinó la comunicación política como hoy se conoce apareció siete años después de aquellos cambios. Se trata de la LORE, o Ley Orgánica del Régimen Electoral General. En ella aparecen los primeros aspectos referidos a la comunicación política durante las campañas electorales.

La LORE es una norma de obligatorio estudio en el Máster de Comunicación Política, porque es la que determina la concesión de espacios gratuitos en las emisoras públicas de radio y televisión a los partidos y coaliciones.

Comunicación Política en España

En España, al contrario de lo que ocurre en otros países como Estados Unidos, está prohibida por ley la publicidad de candidatos a escaños del Congreso en la radio, la televisión privada y las cadenas públicas, y es la LORE la que garantiza y establece los espacios que tendrán los aspirantes en la televisión pública.

El tiempo destinado a propaganda gratuita es fijado y distribuido en proporción al número de votantes y diputados de cada partido, en base al número de votos obtenidos en las anteriores elecciones. La ley permite a los partidos que obtuvieron más votos tienen prioridad para escoger los momentos de mayor audiencia. Mientras que los que no participaron en las últimas elecciones o no obtuvieron un puesto en el Congreso, podrán utilizar diez minutos en los medios públicos.

En comunicación política es de vital importancia cuál es el tiempo que tendrá el candidato o partido asesorado, para el mayor aprovechamiento del discurso, la imagen y el mensaje que se quiera transmitir.

La campaña electoral en España es corta, de apenas 15 días, por lo que, lejos de quejarse por el poco tiempo, hay que aprovecharlo. El mensaje ha de ser diseñada de forma organizada y esquematizada.

No es legal que los partidos y candidatos pidan el voto a los electores fuera de esos 15 días de campaña, que generalmente son inmediatamente anteriores al día de las elecciones.

En cuanto al contenido que puede incluirse en el plan de comunicación, la ley no prevé control ni tutela alguna de ningún ente electoral nacional o local.

El financiamiento de la campaña electoral es de parte del Estado, que además cubre el envío de un mailing a todos los votantes en el que cada lista puede incluir propaganda del partido o los candidatos y una papeleta de votación.

De 1977 a la actualidad el avance en ese sector de la comunicación ha sido ejemplar, al llegar al punto de una modernización que se considera muy alienada a la forma en que se hace en Estados Unidos.

Esta modernización ha permitido la extrapolación de técnicas utilizadas en el marketing comercial a la comunicación política, muy común en Estados Unidos y que supo aprovechar muy bien el dos veces presidente Barack Obama.

En campañas electorales debe tener en cuenta las leyes en comunicación, no solo para evitar infringir la norma sino para el aprovechamiento al 100% de los espacios, el tiempo y el mensaje que se desea transmitir a los electores.