Nadie más se presentó para ser electo presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, por lo que el actual magistrado en el cargo, Manuel Marchena, lo renovará por un segundo mandato de cinco años.

De todas maneras, Marchena debe someterse al examen público preceptivo que por Ley debe hacer la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), como Comisión de Calificación. En el encuentro explicará su proyecto de mejora de funcionamiento de la Sala para el próximo lustro.

Evidentemente, es un mero trámite pues cuando se presenta un solo candidato suele ser renovado, como ha ocurrido últimamente en cinco ocasiones.

Son los casos de María Félix Tena Aragón, presidenta de la Audiencia Provincial de Cáceres; José Manuel Sánchez Siscart, presidente de la Audiencia Provincial de Soria; Luisa María Gómez Garrido, presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla-La Mancha; Francisco Javier Lluch Corell presidente de la Sala de lo Social del TSJ de la Comunidad Valenciana; y  María Consuelo Uris Lloret presidenta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJ de Murcia.

Los especialistas creen que la ausencia de rivales por la presidencia de la Sala de Lo Penal del Supremo es una consecuencia directa del trabajo realizado por Marchena al frente del tribunal del “procés”, cuya sentencia salió esta semana y ha provocado protestas de independentistas en Cataluña.

Cuando compitió hace cinco años por primera vez, Marchena se enfrentó al actual magistrado del Tribunal Constitucional y exfiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido y con Miguel Colmenero.