El último estudio del Observatorio de la piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales 2016 recoge que durante el pasado año se accedieron de manera ilegal a casi 800 millones de películas, a casi mil millones de capítulos de series y a 122 millones de partidos de fútbol.
Lo cierto es que España es uno de los países donde se registra un mayor consumo de contenido audiovisual de manera ilegal. Así, entre los contenidos más pirateados por los usuarios se encuentran el fútbol, la Fórmula 1 o el Motociclismo .
El estudio destaca que mayormente se consume de manera ilegal contenidos de actualidad, como suelen ser películas en cartelera (28%), o series que están en periodo de emisión, representando el 39% de los contenidos consumidos de manera pirata.
Uno de los casos llamativos es la serie Juego de Tronos, producida por HBO y emitida en España por la plataforma televisiva Movistar+, de Telefónica. El estudio señala que Juego de Tronos fue pirateada en un 70% con respecto al total de usuarios que la vieron en España.
Uno de los grandes perjudicados es el cine, cuyo contenido es el que más se consume de manera ilegal. Así, el 32% de los usuarios de Internet reconoce haber accedido a una película de manera ilegal. Detrás del cine se encuentran las series (27% de los usuarios) y el fútbol (10%).
El estudio también recoge que en un escenario sin piratería podría crear hasta 7.000 nuevos puestos de trabajo directos cada año (actualmente con más de 65.000 empleos) y unos 100.000 indirectos más. El estudio también señala el impacto laboral de la piratería de aquí a 2022: una pérdida de 5,2 millones de puestos de trabajo en todo el mundo.
Diferentes Gobiernos en todo el mundo ya están creando planes de lucha contra la piratería. En España, el Gobierno ha ultimado un nuevo Plan Nacional de Lucha contra la Piratería en el fútbol, donde la LFP será un importante colaborador.
Este nuevo plan del Gobierno se deviene de los datos sobre piratería en España: Millones de españoles ven el fútbol y otros deportes de manera ilegal. De hecho, casi la mitad de los que vieron el Mundial de Fórmula 1 y el de motociclismo la temporada pasada lo hicieron de manera ilegal.