Las traducciones juradas en Madrid son uno de los servicios más importantes que ofrecen la mayor parte de las agencias de traducción de la capital hoy en día. Desde certificados académicos hasta informes médicos, son muchos los documentos que, a la hora de ser presentados en el extranjero, exigen que su traducción sea realizada por un traductor jurado para poder tener validez.
Sin embargo, los profesionales del sector ven como en muchas ocasiones se cometen ciertos errores a la hora de solicitar los servicios de traducciones juradas en Madrid:
- Confusión entre traducción jurídica y traducción jurada. Es habitual que los clientes confundan los términos jurídico y jurado, cuando realmente pertenecen a diferentes áreas dentro del mundo de la traducción. Las traducciones jurídicas son traducciones específicas del ámbito del derecho; por ello, los traductores que las realizan deben tener formación específica en el campo legal, así como un amplio conocimiento del sistema jurídico. Nada que ver con las traducciones juradas, que se distinguen por su carácter oficial, y el traductor así lo certifica mediante su firma y sello. Además, según explica la agencia de traducción Enai, una traducción oficial solo tiene validez oficial si es realizada por un traductor jurado, título que se obtiene al superar un examen oficial que se convoca anualmente por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC).
- Solicitar precio oficial para una traducción jurada. Las traducciones juradas en Madrid no cuentan con un precio oficial, ni tampoco es habitual que las agencias establezcan una tarifa fija por servicio. El cliente ha de solicitar presupuesto para la traducción oficial que se ha de realizar, ya que su coste depende de muchos factores que los traductores jurados deben valorar, por lo que no es posible estandarizar su precio.
- Obligación de sellar el documento original. Muchos de los clientes que solicitan traducciones juradas en Madrid piensan que deben entregar, en persona, al traductor o en la agencia de traducción, los documentos originales que necesitan traducir, y que son estos los que deben ser sellados. La realidad es que esto no es obligatorio, ya que, de acuerdo con la normativa vigente, los traductores jurados pueden colocar su sello y firma en una copia del documento original.