El Tribunal Constitucional de Corea del Sur destituyó al presidente Yoon Suk Yeol, al considerar que su intento de declarar la ley marcial en diciembre del año pasado vulneró principios fundamentales del Estado de Derecho y del sistema democrático. Ocho jueces votaron de forma unánime por su salida, cerrando un proceso iniciado por la Asamblea Nacional, de mayoría opositora. Esta decisión obliga al país a celebrar elecciones presidenciales anticipadas dentro de los próximos 60 días.

El juicio político comenzó tras el intento de Yoon de cerrar el Parlamento, censurar medios de comunicación y restringir la actividad de los partidos. La corte concluyó que estas acciones no solo fueron inconstitucionales, sino que además representaron una amenaza directa a los derechos políticos de la ciudadanía. El magistrado Moon Hyung Bae, quien presidió el tribunal, declaró que la conducta del mandatario constituyó una grave traición a la confianza pública.

La destitución también levanta la inmunidad presidencial, permitiendo que Yoon enfrente cargos penales. Entre ellos destacan abuso de poder, intento de insurrección y posible encubrimiento de investigaciones por corrupción relacionadas con su esposa, Kim Keon Hee. El delito de rebelión, contemplado en el código penal surcoreano, puede ser castigado con cadena perpetua o incluso la pena capital, aunque esta última no se aplica desde 1997.

Tras conocerse el veredicto, el expresidente difundió un mensaje a través de sus abogados, en el que agradeció el apoyo recibido y lamentó no haber estado a la altura de las expectativas. Su defensa calificó el proceso como “injusto” y con motivaciones políticas, mientras que la fiscalía celebró el fallo como una victoria para el orden constitucional.

La reacción pública ha estado marcada por una fuerte división. En Seúl y otras ciudades se vieron manifestaciones tanto de celebración como de descontento. Simpatizantes de Yoon denunciaron el fallo y se congregaron en las inmediaciones de la residencia presidencial, aunque su protesta fue suspendida por razones de seguridad. Por su parte, opositores al mandatario recibieron la noticia con júbilo en las calles.

El primer ministro Han Duck Soo asumirá temporalmente la jefatura del Estado hasta la elección de un nuevo presidente. Los comicios, que podrían celebrarse el 3 de junio, muestran una fuerte competencia entre el Partido del Poder Popular —ahora en crisis— y el opositor Partido Democrático, cuyo líder Lee Jae Myung parte como favorito, según analistas.

La destitución de Yoon marca la segunda vez que un presidente surcoreano es obligado a dejar el cargo por juicio político, luego del caso de Park Geun Hye en 2017. La diferencia en este caso es que Yoon fue cesado por intentar instaurar medidas propias de regímenes autoritarios, lo cual agudizó la fractura política existente en el país y desató un debate nacional sobre los límites del poder presidencial.