No es la primera vez que un nuevo edificio tiene problemas en su estructura, con la aparición de grietas en paredes por culpa de que no se realizó una correcta consolidación de suelo en el momento de la obra. La responsabilidad en estos casos recae sobre la constructora, tan solo en los casos donde los daños los cause un desastre natural, otra obra cercana, o algún daño por un agente externo.
Lo ideal en estos casos es que la constructora a la hora de la edificación cuente con una empresa que se encargue de la consolidación del suelo, para ello deben utilizar la técnica de micropilotes, que mantiene estable la estructura que se sitúe sobre ellos y así evitar cualquier daño provocado por el suelo.
Se recomienda desde las autoridades a las empresas que se encargan de la construcción de edificios que cuenten con estos profesionales que tienen experiencia en suelos tanto para edificios como en la conservación de carreteras o en las soleras de hormigón. Son servicios que trabajan para evitar problemas en cualquier construcción reforzando los suelos.
La seguridad en estos casos es muy importante y sobre todo se debe cumplir con la ley y los derechos de los ciudadanos.