Gregorio Izquierdo, presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), ha indicado este lunes que la presión fiscal normativa en España es un 8% superior a la media de la UE, según el nuevo ‘Índice de Competitividad Fiscal 2019‘ elaborado por el organismo a partir del Índice de Competitividad Fiscal que elabora la Tax Fundation para 36 países desarrollados, incluido España.
El nuevo índice del IEE, que busca medir si el sistema fiscal español cumple con los objetivos de competitividad y neutralidad, sitúa a España en el puesto 23 de 36 países en la clasificación general y, por tanto, muy por encima de la mediana, de modo que solo un tercio de los países analizados tienen una peor competitividad fiscal que España.
En una escala del 1 al 10 (correspondiendo al 10 la situación mejor de competitividad fiscal), España tiene una clasificación media de 6, inferior al 6,6 que obtienen los países de la UE y muy por debajo de los estados con mejores prácticas fiscales, como Estonia que puntúa con la máxima calificación.
Según el IEE, el indicador de presión fiscal, entendido como la recaudación tributaria en porcentaje del PIB, en el que España aparece por debajo de la media de los países de la UE, supone realizar un análisis “insuficiente” y “erróneo” porque no considera el nivel de renta entre países. De esta forma, España tiene una presión fiscal superior en un 10% al promedio de la OCDE.
Asimismo, afirma que el análisis tampoco tiene en cuenta el “superior peso” de la economía sumergida en España con relación a la UE, lo que hace que la ratio presión fiscal que soportan los contribuyentes españoles que cumplen con sus obligaciones sea mucho mayor en España que en la UE, explicándose un 80% de la diferencia de presión fiscal recaudatoria entre España y la UE por la circunstancia de la menor economía sumergida de este última.
Por todo ello, el IEE ha elaborado un método alternativo para medir de manera comparable la carga tributaria de los distintos países. De acuerdo con su ‘Índice de Competitividad Fiscal’, España además de contar con una presión fiscal un 8% superior a la media de la UE, en el caso concreto del Impuesto sobre Sociedades se sitúa en el 10,5%, frente al 9,3% de la UE, con lo que en este impuesto, la presión fiscal normativa española es un 16% superior al promedio europeo.
Más presión fiscal gracias a los presupuestos de Sánchez
El organismo también advierte de que si se hubieran aprobado los Presupuestos para 2019 del Gobierno de Pedro Sánchez, España habría tenido un retroceso en cuanto a presión fiscal.
Por todo ello y para mejorar la competitividad fiscal de España, el IEE apuesta por reducir “urgentemente” los tipos nominales del Impuesto sobre Sociedades hasta situarlos por debajo de la media de la OCDE (23,6%) y por eximir de doble tributación las rentas obtenidas en el extranjero.
Asimismo, advierte de que crear nuevas figuras fiscales aumentaría la “complejidad” del sistema tributario y crearía nuevos “obstáculos” para la actividad empresarial, “lastrando el atractivo fiscal de España”.
Por último, asegura que los impuestos que gravan la riqueza generan un “exceso de gravamen desproporcionado”, por lo que apuesta por suprimir el Impuesto sobre Patrimonio y por la reducción “notable” de los tipos máximos del Impuesto de Sucesiones y Donaciones.