Se ha establecido una nueva normativa mediante la cual los habitantes de Europa que estén suscritos o tengan contratados servicios online en su país de origen podrán acceder y disfrutar de estos en cualquier país de la Unión Europea (UE).
Así los ciudadanos europeos podrán utilizar plataformas como Netflix y Spotify dentro de la UE, accediendo a la totalidad del servicio que tenían contratado. Esto hace un año no era posible, debido a que la transmisión de contenidos (audiovisuales, retransmisión de eventos deportivos, etc.) protegidos con derechos de autor suele tener licencias ligadas a un territorio.
La UE ha decidido eliminar esos obstáculos ofreciendo autorizaciones a nivel europeo. De esta manera, los consumidores que se hayan suscrito o hayan comprado servicios digitales en Internet en su país de residencia, de forma legal, podrán acceder a ellos a través de su teléfono móvil, tableta u ordenador cuando se encuentren de forma temporal en otro país miembro.
Con esta nueva normativa se pretende avanzar hacia el mercado único digital, en respuesta “a los nuevos comportamientos y hábitos de los ciudadanos europeos en el uso de las nuevas tecnologías”, según explicaron representantes de las instituciones de la UE en un comunicado.
No obstante, se tomarán ciertas medidas con el fin de evitar “abusos”. Por ejemplo, los proveedores verificarán el Estado miembro de residencia del usuario requiriendo al consumidor un máximo de dos documentos, que podrán ser, entre otros, un carné de identidad, una cuenta bancaria o una tarjeta de crédito y, si el internauta no puede demostrar en qué país vive, la empresa estará autorizada a interrumpir el acceso a sus servicios.
También se presenta a los titulares de derechos de autor la posibilidad de autorizar el consumo de sus contenidos sin verificar el lugar de residencia del usuario.
Los servicios en abierto, como los de los canales públicos, también se beneficiarán de la regulación siempre que verifiquen el país de residencia de sus suscriptores.
Las nuevas reglas se aplicarán a los servicios por los que se ha pagado, pero los proveedores de contenidos gratuitos podrán adherirse a ellas, al igual que los de contenidos en línea, que ya no tendrán que adquirir licencias para otros territorios a los que viajen sus suscriptores.