El blanqueo de capitales es un delito menoscaba el sistema económico, por lo que hay que perseguirlo, sentenció el Tribunal Supremo, con el objetivo de que se convierta en una actividad rentable.
En su sentencia, el Supremo advierte de que este delito, ejecutado a gran escala, puede además afectar al buen funcionamiento del mercado, y los mecanismos financieros y bursátiles.
El magistrado Julián Sánchez Melgar, ponente de la sentencia, destacó que solo persiguiendo a quienes cometan este delito se cierran todos los circuitos del dinero, con objeto de evitar el aprovechamiento. “Es el medio, según la Sala, por el cual puede atajarse la actividad criminal a través del seguimiento de los fondos que se recaudan ilícitamente a través de la acción criminal”.
La Ley pretende, con la criminalización de estas conductas, “que nunca el delito sea una actividad rentable”.
El fallo considera que el delito de blanqueo es importante “porque el dinero es el flujo vital de los delincuentes y el medio por el que pueden ser aprehendidos, y en segundo lugar, porque mancilla nuestras instituciones financieras y corroe la confianza pública”.
Se ha conseguido el punto débil de este delincuente y por eso se puede perseguir y capturar, mediante la criminalización del blanqueo, en función de sus flujos económicos. Y es también muy importante, añade la Sala, porque es muy útil para luchar contra las organizaciones criminales.
La sentencia explica que el blanqueo se vertebra en tres fases sucesivas y enlazadas. La colocación de los capitales en el mercado, la distracción para disimular su origen delictivo y por último la reintegración del dinero, ya blanqueado, que vuelve a su titular.
La sentencia del Supremo incluye toda la doctrina que ha venido perfilando el tribunal en los últimos años sobre este delito, que no requiere la descripción detallada de la previa actividad delictiva, aunque esa actividad criminal debe concretarse mínimamente.