La Justicia española está preparando el envío de las Fuerzas de Seguridad del Estado al Museo de Lérida, el cual está controlado por la Generalitat de Catalunya, porque pronto expira el ultimátum judicial que se ha impuesto al Gobierno catalán para que devuelva las 44 obras de arte que se le deberían haber restituido al Monasterio de Sigena (Huesca) hace un año.
La sentencia se ejecutó en abril de 2015 y obligaba al museo catalán a devolver todas las piezas que fueron compradas de manera ilegal. De hecho, Aragón reclamó que se ejecutará provisionalmente la sentencia y la Justicia lo aceptó. Sin embargo, las autoridades catalanas se han resistido a cumplir con esta orden de forma persistente.
La juez volvió a insistir en la devolución en junio del año pasado, fecha en que la Generalitat solo entregó 51 obras. Otras dos piezas de arte dicen las autoridades catalanas que no saben dónde están, mientras que las 44 restantes son las que se le reclaman de nuevo para que las entregue de forma inmediata.
En realidad, las 44 que se esperan se encuentran en el Museo de Lérida, o al menos así había sido hasta ahora. Por eso, la juez de Huesca ha ordenado a la Generalitat que le diga claramente dónde están esas piezas, con exactitud y de forma detallada.