Este lunes 1 de marzo ha sido un día histórico en Francia, su expresidente, Nicolas Sarkozy, ha sido condenado por corrupción y tráfico de influencias a tres años de prisión. Se ha podido probar que Sarkozy se aprovechó de su posición para conocer detalles de una investigación.
La condena también ha afectado al abogado Thierry Herzog y el juez Gilbert Azibert, ambos con unas penas similares a las del expresidente, por ser otras patas importantes en la trama investigada. En el caso del juez, lleva también acarreada una inhabilitación de 5 años de su puesto de trabajo.
La juez Christine Mée, encargada de llevar el caso, ha declarado en la sentencia que los tres eran conocedores de lo fraudulento de sus acciones, y aún así continuaron con ellas.
Según la investigación, el expresidente ofreció a Azibert un puesto a cambio de datos sobre la causa abierta por la presunta financiación irregular de su campaña.
De este modo, Sarkozy se convierte en el segundo presidente en ser condenado, tras Jaques Chirac, aunque la imagen es bien distinta, ya que su predecesor en el cargo no se sentó en el banquillo de los acusado por problemas de salud, por los cuales acabaría falleciendo, ni cumplió pena de cárcel.