La Cámara de Representantes de Italia ha aprobado una ley que introduce en el Código Penal el delito de tortura, cuatro años después de que el proyecto fuera presentado en el Senado y 29 años después de ratificar la Convención de Naciones Unidas contra la Tortura, sellada en 1984.

El Parlamento italiano ha tomado la decisión por 198 votos a favor, 35 en contra y 104 abstenciones. La nueva ley incluye penas de prisión de entre cuatro y diez años para los condenados por torturar a alguien, las cuales se elevan hasta los doce años si la tortura es llevada a cabo por un funcionario público.

El proyecto de ley ha supuesto una gran división entre las fuerzas políticas italianas desde julio de 2013 y no entró hasta dos años después en la Cámara, según recoge el diario Repubblica.

Los que están en contra de la nueva ley señalan que se trata de una medida para castigar a la Policía, limitando su ámbito de trabajo, si bien el Partido Demócrata ha señalado que se trata de una ley que llena ‘un vacío legal’.

En realidad, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha declarado a Italia culpable de tortura por la brutalidad de las cargas policiales llevadas a cabo contra los activistas antiglobalización desplazados a la cumbre del G8, que se celebró en Génova en 2001, donde murió Carlo Giuliani, un joven de 21 años.